Y hay estaba ella… En el momento y segundo equivocado esperando. No permitió darse el lujo de ahogar a la lluvia, sencillamente prefería formar parte de la misma y mimetizarse en el olvido.
Me quede mirando por un momento. (Saca su cámara y me tira una foto).
-¡Espera!… ¿qué haces?-
-Guardando evidencia de mi asesino-
-Ja, ja… no vengo a matarte-
-Entonces, ¿te gusta mirar?-
-No responderé a eso-
-Bien, ¿que quieres?-
-Nada sólo columpiarme-
-¿En medio de la lluvia?-
-Tienes razón, eso es muy raro-
-¡Ja!… Eres ¨comico¨
Me senté en el columpio derecho y empezamos a escuchar como impactaban las gotas contra el suelo.
-Dime una cosa, ¿qué haces aquí?-
-Esperando a una persona-
-¿Crees que venga con tal tiempo?-
-No… Creo que jamas vendrá-
-¿Y… por que no vas a un lugar donde no caiga agua?-
No responde.
-¿Cómo te llamas chico?-
–Astroberto–
-¡Ja, ja, ja, ja!… Espera… No te creo, sí que eres cómico-
-Muy bien, ríete-
-Ok, escucha… ¿Quieres hacer algo por lo cual te avergüences toda tú vida?-
-¿Tengo otra opción?-
-Sí, puedes irte y dejar de hablar con una completa desconocida, pero no seria tan divertido-
Se levanta de su columpio y me grita:
-¡Dame la mano, y llevemos la palabra del señor a cada rincón del mundo!-
-Vete al diablo-
Y desde ese día soy ¨testigo¨ de Jehova.
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